Coloreando al asteroide Bennu

Modelo propuesto para explicar la diversidad de color observada en la superficie de Bennu.
Fecha de publicación
Autores
D. N. DellaGiustina et al.
Referencias

La nave espacial OSIRIS-REx de la NASA tiene como objetivo principal la recolección de material de la superficie del asteroide primitivo (101955) Bennu para ser traída a la Tierra. Para contextualizar los resultados que se obtendrán del análisis de dicha muestra, es necesario realizar un estudio más amplio de la superficie. Para ello la sonda dispone, entre otros instrumentos, de una cámara en el rango visible e infrarrojo cercano. Esta cámara, denominada MapCam, lleva incorporados 4 filtros de color b’, v, w y x centrados en 473, 550, 698, y 847 nm respectivamente. De esto modo se han podido realizar estudios de colorimetría, es decir, analizar cómo la luz solar se refleja en la superficie para cada una de estas longitudes de onda o colores. Estos estudios de colorimetría han permitido inferir propiedades físicas de la superficie del asteroide como son su rugosidad, porosidad, o el tamaño de las partículas que la componen. Incluso conocer el tiempo relativo que cada zona ha estado expuesta al espacio exterior. Esto es debido a que la interacción de los rayos cósmicos, la irradiación y el viento solar, y el bombardeo de micrometeoritos con la superficie debido a la ausencia de atmósfera produce una modificación de sus propiedades. A este mecanismo se le denomina climatología espacial (space weathering). Uno de los resultados más llamativos es que la gran heterogeneidad observada en la superficie de Bennu es una herencia directa del cuerpo progenitor del cual procede. Los distintos materiales observados se encontraban a diferente profundidad en dicho cuerpo y sufrieron distintos procesos de alteración acuosa y calentamiento. A su vez, se ha propuesto un nuevo mecanismo para explicar cómo la climatología espacial modifica las propiedades espectrales de los materiales condríticos como es el caso de Bennu. Existe una primera fase donde los materiales se enrojecen. A continuación, tiene lugar una siguiente etapa en la que debido a los efectos de la climatología espacial aumenta la proporción de materiales como la magnetita —que ha sido también identificada por en la superficie de Bennu. Este aumento de la concentración de magnetita provoca una subida relativa del brillo en la región ultravioleta. Finalmente, en una última etapa, las diferencias de color se neutralizan y el espectro se azulea hasta llegar al espectro global que muestra la superficie de Bennu.