El paisaje nocturno es un atractivo singular que atrae cada vez más al turismo
El Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) inicia una campaña de sensibilización con la colaboración de la empresa Astrotour para el apagado de letreros y escaparates luminosos durante las horas nocturnas a partir de las doce de la noche. Según datos constatados, con un temporizador de luz los propietarios se ahorrarían con esta medida, entre 200 y 1.000 euros al año y el aparato cuesta alrededor de 30 euros. De esta manera, a parte del ahorro considerable, contribuirían a mantener la calidad del cielo de la Isla, con el fin de que siga siendo uno de los cielos más envidiados del mundo por su limpieza y calidad, que cada vez atrae más turismo.
La luz directa sobre el horizonte produce contaminación lumínica en la atmósfera que aumenta el brillo del fondo del cielo, disminuyendo así el contraste con los objetos que se ven desde la tierra. Ya, desde las grandes ciudades es casi imposible divisar la Vía Láctea y esto hace que se haga necesario reivindicar el derecho de todas las personas a poder ver las estrellas.
La observación del firmamento ha sido siempre uno de los caminos principales para conocer y comprender el mundo, así como para el avance de la ciencia y el conocimiento. Un cielo contaminado no solo afecta a la evolución, además, perjudica la biodiversidad del entorno incidiendo de forma negativa en algunas especies, hábitats y ecosistemas y restando calidad de vida a sus habitantes. La noche estrellada forma parte ya del paisaje y de los atractivos más valiosos de La Palma, tanto como sus volcanes. Las posibilidades para el desarrollo de un turismo sostenible y respetuoso con el medio son una realidad que debe generar la cooperación entre los actores turísticos y las comunidades locales. El turismo responsable debe integrar el paisaje del cielo nocturno como recurso a resguardar y valorar, ya que además se trata de una singularidad de la que pocos lugares pueden presumir.
Existen alternativas y medidas fáciles de poner en práctica que contribuyen en gran medida a la preservación del paisaje nocturno celeste. Además del citado temporizador de luz, los tubos fluorescentes dispuestos en luminarias empotrados en el techo y enfocando al letrero de manera que la luz se proyecte hacia el suelo. Esto permite una mejor visibilidad en el interior del inmueble, en la acera y de las personas que se encuentran cercanas a la fachada. Lo importante en cualquier caso, es que la luz emitida no sobrepase el horizonte, no se use con excesiva potencia y se apague cuando no sea necesaria.
Para más información:
Federico de Paz
Oficina Técnica Protección del cielo,
922 605 365; fpaz [at] iac.es (fpaz[at]iac[dot]es)