El Telescopio Solar Sueco (SST) del Observatorio del Roque de Los Muchachos (La Palma) del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) es el protagonista de la edición de Nature del 29 de julio. Los datos recogidos con este telescopio fundamentan, en parte, un artículo de la revista en el que se aclara el origen de las espículas solares. “Los chorros solares explicados. Cómo las ondas sonoras causan las espículas” es el título central de la portada de la revista, que además está ilustrada con una foto de las espículas solares obtenida con el SST.
Las espículas son una de las manifestaciones del magnetismo solar, como las manchas, las granulaciones, las protuberancias o el viento solar. Consisten en chorros de plasma lanzados a través de la atmósfera del Sol, a una velocidad aproximada de 90.000 km/h, y que llegan incluso a su parte más externa, la corona. Cada una de ellas alcanza una longitud aproximada de 3.000 km. Descubiertas en 1877 por Angelo Secchi, han permanecido sin explicación durante mucho tiempo, en parte debido a la dificultad de las observaciones para objetos con una vida corta (alrededor de 5 min) y de tamaño relativamente pequeño (inferior a 500 km). Ninguno de los modelos existentes hasta ahora había podido dar cuenta simultáneamente de su ubicación, evolución, sistema de energía y –la recientemente descubierta– periodicidad. Una combinación de modelos numéricos y observaciones de alta resolución del nuevo Telescopio Solar Sueco de 1 m. de La Palma y el satélite TRACE de la NASA, muestra ahora que las espículas están causadas por ondas de choque formadas cuando las ondas de sonido de la superficie solar penetran a través de una zona de amortiguación y “gotean” en la atmósfera solar. Una vez desvelados sus orígenes, será posible estudiar si la masa que transportan las espículas hacia la corona contribuye al viento solar, y de qué modo.
El nuevo Telescopio Solar Sueco (SST), que sustituye al SVST (Swedish Vacuum Solar Telescope), permite a los investigadores ver y fotografiar en detalle la superficie del Sol. La lente frontal del telescopio alcanza un metro de diámetro y al estar ubicado en uno de los mejores emplazamientos del planeta para telescopios solares, consigue discernir rasgos muy pequeños, de incluso 70 km, en la superficie solar.
Su diseño incluye una técnica que contrarresta la distorsión de imagen causada por la atmósfera. Este nuevo telescopio estudia importantes cuestiones de gran actualidad en relación con los campos magnéticos solares y la dinámica de la capa superior de la atmósfera solar. También se utiliza para avanzar en el conocimiento sobre la formación de los espectros estelares.
Imágenes del SST