Desde hace décadas, contemplar un cielo estrellado es privilegio de sólo unos pocos. Las luces de ciudades y pueblos han superado en intensidad a la de los astros, privándonos de la posibilidad de observarlos. Sin embargo, esta situación no es inevitable, como se puede comprobar en Tenerife y La Palma. En estas islas se encuentran las instalaciones astronómicas del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), entre ellas los Observatorios del Teide (Tenerife) y del Roque de Los Muchachos (La Palma), por lo que es imprescindible una visión óptima del cielo. Para conseguirlo, el Parlamento aprobó unánimemente en 1988 la Ley de Protección de la Calidad Astronómica de los Observatorios del IAC.
Los días 10 y 11 de diciembre, el Sr. D. Oriol Puig, director general del Servicio meteorológico de Cataluña, y 17 alcaldes de la Generalitat de Cataluña visitarán estas dos islas para comprobar la eficacia de la “Ley del Cielo”. Con esta normativa se regulan, además de la iluminación de exteriores, la potencia radioeléctrica, las industrias contaminantes y el tráfico aéreo sobre los observatorios. Para asegurar su aplicación permanente, el IAC dispone desde 1992 de una Oficina Técnica para la Protección de la Calidad del Cielo.
Además de su visita a distintos organismos oficiales, estos políticos también conocerán la Sede Central del IAC y el Observatorio del Roque de Los Muchachos. En el Observatorio podrán conocer las distintas instalaciones telescópicas, entre ellas el Gran Telescopio CANARIAS, que con sus 10 m de diámetro será el mayor telescopio óptico e infrarrojo del mundo. También pasearán por las principales ciudades de estas islas, para comprobar cómo se previene que su iluminación “contamine” el cielo.
De Cataluña a Canarias
Varios políticos catalanes ya visitaron en marzo del año pasado las instalaciones del IAC, con la intención de informarse sobre esta ley y “exportarla” a su comunidad. Apenas dos meses después, el 16 de mayo, se aprobaba la “Ley contra la Contaminación Lumínica de Cataluña”. La normativa catalana presenta algunas diferencias respecto a la canaria, como es el caso de la división del territorio de su comunidad en cuatro regiones con diferentes niveles de exigencias de protección. Asimismo, mientras que la ley canaria pone el énfasis en preservar la observación astronómica, la catalana es de índole medio ambiental.
La Ley del Cielo
La contaminación lumínica no sólo repercute en la observación astronómica, sino que también implica un derroche de energía, menor confort visual y pérdida de seguridad (deslumbramiento). Por este motivo, las leyes que regulan este tipo de contaminación comportan un notable ahorro energético y mayor eficacia en el objetivo de la iluminación, con los beneficios que ello supone para la economía, nuestra seguridad y el medio ambiente. También tiene otras repercusiones ecológicas, como un efecto negativo en la flora y la fauna, cuyos hábitos de vida se regulan por la luz.
Además, esta ley no se preocupa sólo de lo que pueden ven nuestros ojos sino que también se refiere a otro tipo de radiaciones, como las ondas de radio. Esto es especialmente importante porque en los Observatorios se encuentran instrumentos que no “ven” al Universo, sino que lo “escuchan”: los radiotelescopios.
Otro factor que puede afectar a la calidad del cielo es la contaminación atmosférica, por lo que la “Ley del Cielo” impide que se emplacen industrias con emisiones por encima de los 1.500 m de altitud. Por último, el espacio aéreo de los Observatorios está declarado zona de protección ecológica, por lo que no puede ser sobrevolado por ningún aparato.
Colabora: Esta visita cuenta con la colaboración del Cabildo Insular de La Palma
Más información en: Oficina Técnica para la Protección de la Calidad del Cielo