Las extraordinarias imágenes del Sol tomadas con el Telescopio Solar Sueco (SST) del Instituto de Física Solar de la Real Academia de Ciencias Sueca, instalado en el Observatorio del Roque de Los Muchachos (La Palma) del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), ilustran el reportaje de portada de la edición de julio de la revista National Geographic. “El Sol. Últimas noticias del astro rey” incluye un póster y un desplegable interior con fotografías de las manchas solares, así como una fotografía del tránsito de Venus por el Sol, logradas todas por este telescopio. “Imágenes como ésta –dice el artículo refiriéndose a una de ellas– obtenida con el nuevo Telescopio Solar Sueco, instalado en la isla canaria de La Palma, se añaden a los reveladores datos de los observatorios terrestres y espaciales que están contribuyendo a la actual edad de oro de la ciencia solar”.
“Antes se hacía dermatología solar. Ahora es realmente Astrofísica”, señala Göran Scharmer, director del Instituto de Física Solar de la Real Academia de Ciencias Sueca, cuyas observaciones con el SST siguen consiguiendo récords mundiales en alta resolución. “El Sol es la piedra Rosetta de la Astrofísica”, añade, “pero es una piedra que no hemos sido capaces de descifrar completamente”.
El nuevo Telescopio Solar Sueco (SST), que sustituye al SVST (Swedish Vacuum Solar Telescope), permite a los investigadores ver y fotografiar en detalle la superficie del Sol. La lente frontal del telescopio alcanza un metro de diámetro y al estar ubicado en uno de los mejores emplazamientos del planeta para telescopios solares, consigue discernir rasgos muy pequeños, de incluso 70 km, en la superficie solar.
Su diseño incluye una técnica que contrarresta la distorsión de imagen causada por la atmósfera. Este nuevo telescopio estudia importantes cuestiones de gran actualidad en relación con los campos magnéticos solares y la dinámica de la capa superior de la atmósfera solar. También se utiliza para avanzar en el conocimiento sobre la formación de los espectros estelares.
La energía que sustenta la vida en la Tierra proviene en su mayor parte del Sol. Esta energía se genera en su interior, en el mayor reactor de fusión termonuclear que conocemos. La temperatura en el interior de ese horno es de unos quince millones de grados y la densidad del material unas ciento cincuenta veces mayor que la del agua. Allí, se convierte hidrógeno en helio por reacciones nucleares, resultando un excedente de energía que se emite. Se produce por segundo tanta energía como la que se consumiría en un millón de Tierras durante un millón de años al ritmo actual. Toda esa energía se libera a través de la fotosfera, la parte visible del Sol. En esa región, a una temperatura de 5.700 ºC, es donde se producen las zonas de convección, conocidas como granulación, y las protuberancias, tremendas emisiones de material que pueden llegar incluso a alcanzar la Tierra.
Estas eyecciones de plasma normalmente son desviadas por nuestro escudo protector, el campo magnético terrestre. Sin embargo, pueden llegar a dañar satélites artificiales en órbita e incluso sobrecargar las redes eléctricas terrestres y producir apagones masivos. De ahí la importancia de conocer cómo varía el Sol y cómo afecta a la Tierra.
Imágenes del SST