Actualmente vivimos tiempos muy apasionantes para los estudios de física estelar gracias al gran número de misiones espaciales que proporcionaron o siguen proporcionando una gran cantidad de observaciones de alta calidad como las misiones Kepler/K2 y TESS de la NASA, o la misión ESA/Gaia. Combinando datos fotométricos con astrometría y espectroscopia, podemos tener acceso a diferentes aspectos y parámetros de una estrella: sus parámetros fundamentales, su estructura y dinámica interna, su binaridad, su movimiento propio o su composición química. En particular, en la última década, la astrosismología demostró ser una herramienta muy poderosa y única en términos de precisión para determinar la masa, el radio y la edad de las estrellas, así como para sondear el interior de las estrellas. Este éxito de la astrosismología la sitúa en el punto de mira de la próxima misión M3 de la ESA, PLATO, dedicada a la búsqueda de exoplanetas y a la caracterización de las estrellas a través de sus oscilaciones.