El estudio de la curva de rotación del disco a grandes distancias proporciona un herramienta muy útil para entender si los campo magnéticos deberían considerarse como un ingrediente dinámico no despreciable. Asumiendo un bulbo, un disco exponencial para las componentes estelar y gaseosa, un halo de materia oscura y un campo magnético en el disco, ajustamos la velocidad de rotación de la Vía Láctea. En general, cuando se tiene en cuenta la contribución magnética en la dinámica, se obtiene una mejor descripción de la curva de rotación. Nuestra conclusión principal es que los campos magnéticos deberían tenerse en cuenta a la hora de estudiar la dinámica de la Vía Láctea. Campos azimutales de intensidades del orden de 2 microGauss a distancias 2 veces las solares (16 kpc) son capaces de explicar el levantamiento de la curva de rotación en la periferia del disco.
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